Marcas de clavos, roces, pequeñas grietas, golpes… nuestras paredes «sufren» mucho a lo largo de su vida y por el uso pueden ofrecer un aspecto descuidado. La pintura es el mejor lavado de cara para las paredes pero antes tienes que eliminar esos pequeños desperfectos para que el resultado sea el mejor posible. En Pinturae te decimos cómo hacerlo.