Cocinar pintura (2). Mi profesión

Por Txomin Tellechea

No soy químico ni cocinero poco a poco os iré contando mi teoría personal sobre la estrecha y casi mística relación entre la cocina y la pintura. Curiosamente una ha sido y es mi pasión y la otra ha sido y es mi profesión. Quizá por ello me tome mi trabajo con tanta pasión.

RECETASPINTURAE

MI PROFESIÓN

Hace ya más de 15 años que abandoné la idea de hacerme cocinero, en casa siempre hemos sido más de fabricar pinturas así que cuando acabé mis estudios me tocó echar una mano en casa y con el tiempo hacerme cargo del negocio familiar.

Empecé como casi todos los hijos y en mi caso nieto del fundador de la empresa: de pequeñito como dirían los cocineros “entre fogones” ayudando a los mayores, que si a poner bolsitas, que si a archivar, con la carretilla, medio jugando… que es como se te va metiendo “el gusanillo”. Con el tiempo hice mi carrera de económicas y empecé mi máster en pinturas, primero en calidad implantando la norma ISO, luego comercial y por fin llevando la dirección de la empresa. Ya con algún año de escuela y con  lo poco que he aprendido me he ido dando cuenta que el mundo de la pintura tiene muchos parecidos con el mundo de la cocina, de hecho cuando alguien que no conoce el mundo de la pintura me pregunta cómo se hace una pintura le suelo contestar que es algo muy similar a hacer un ajoarriero y que “casi todos” están buenos pero que todos saben diferente.

Yo no soy químico de profesión y como ya os he contado tampoco cocinero, así que trataré de explicar de un modo sencillo cómo se hace una pintura de una manera similar a la de cómo se hace un ajoarriero. Espero que los “cocineros” no se me molesten si meto la pata, vamos por partes…..

Ilustración base original tomada de Freepik.es

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